martes, 25 de diciembre de 2012

Cuatro.

Cuatro palabras, no se necesita nada más. "¿Quieres ser mi amor?". Cuatro. No se necesita más. 

Los chinos dicen que el cuatro es de mala suerte. Recuerdo estar viendo en el Gourmet el programa de Iwao, haciendo algún sushi o algo parecido, y diciendo que jamás nunca se debe partir -y menos servir- un roll en cuatro pedazos. Dicen que su mala suerte es porque cuando se pronuncia suena parecido a la palabra "muerte". O bueno, eso dicen los buenos colaboradores de wikipedia. Los mismos colaboradores dicen que la superstición es compartida con los japoneses.

Pero se necesitaron cuatro palabras, a pesar del mal augurio de los chinos y los japoneses, que seguro utilizarán más palabras para transmitir un mensaje. Respondí, casualmente, con cuatro palabras también: Me moviste la vida. No hay que creer en las casualidades, no existen.

Casi como una predicción, el cuatro viene rondando las frases más importantes de las conversaciones diarias. "No dejes de escribirme" le escribí hace un tiempo. No ha dejado, no hemos dejado. Y así, no puedo evitar pensar que "she is a keeper".

Hasta ahora, el cuatro nos ha traído fortuna.


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