domingo, 15 de mayo de 2011

Tacones lejanos

"¿Cuántos zapatos tienes?" Me preguntó una tarde de sábado. No supe qué responderle, uno debería responder un número, ¿no?. Así que le dije que ninguno, que no tenía zapatos. Me miró entonces más incisivamente y preguntó de nuevo: "Bueno, entonces, ¿cuántos tenis tienes? ¿Más de un par?, es muy importante para mí saber" le respondí con franqueza :" pero claro, tengo más de un par".  Nunca supe de dónde salió esa pregunta,  supuse que era debido a su gran cantidad de tenis, botas y zapatos. Cada uno se combinaba de manera perfecta con su atuendo.  Pensé que su pregunta era por un cuestionamiento sobre la habilidad para combinar y eso... y si así fue, pues le mentí. ¿Qué más puede hacer una?. Bueno, realmente no le mentí, solo le dije una verdad algo falsa. Sí, tengo muchos pares de tenis, pero en ese momento solo usaba unos, y los otros eran para la oficina. Es decir, mi habilidad para combinar residía en dos pares de zapatos. Nada más.

Dentro de las tantas preguntas que me hizo, esa fue una que me dejó pensando si estaba con la persona adecuada para mi. Es decir, yo nunca me arreglo mucho, hasta hace poco empecé a usar aretes de nuevo, me visto medio masculino, no soporto las faldas, y preferiría siempre andar en tenis. Ella, por el contrario, tiene un clóset enorme, todavía la veo caminando con ropa que creo que es nueva, pero resulta que es viejísima, sólo que no se la pone seguido. Y uno podría pensar de primera que es una persona superficial, pero no. No lo es en absoluto.

Le cuesta expresarse, le cuesta decir lo que siente, le cuesta convertir sus sentimientos en pensamientos, y posteriormente en palabras. Sin embargo, su lenguaje corporal lo dice todo. Ese día de la pregunta fue tan expresiva con su mirada, que yo sabía que la pregunta era algo serio. Aprendí con el tiempo a leer sus silencios, sus miradas furtivas, sus cejas levantadas, sus cambios de tono de voz. Aprendí que cuando hacía la mirada compuesta por desviación de los ojos hacia el lado derecho y posterior ascenso de los mismos, tenía cosas que decir respecto a una de mis ideas, pero prefería no decir nada.

Meses después se me metió la idea de que viéramos diferentes tipos de pelis, compartir mi gusto y su gusto. Así que me armé de valor y una tarde logré ver "Nightmare on Elm Street", a su lado, por supuesto, y con una gran cobija y almohada encima. Dentro de mis intenciones estaba la saga completa de "Star Wars", vista en el orden apropiado, y las pelis de Almodóvar que tanto me gustan, no todas, solo las que me gustan. El tiempo nos ganó y no logramos ver la saga, pero logramos ver "Todo sobre mi madre" y "Tacones Lejanos", le gustó mucho más la última, y me pareció divertido contar este pedacito de historia porque tiene que ver con los zapatos con los que comencé a hablar de ella. Hoy la recordé, precisamente, viendo mis botas/tenis. Recordé su pregunta.

Una noche, en la que fue talvez nuestra primera película como pareja, fuimos a ver "The wave". Para mi era importantísimo verla, es decir, esta película representaba un miedo que se mueve como péndulo en nuestra sociedad. Por lo tanto, no le puse atención, le hablaba de lo difícil de la peli, pero no le puse atención. Sin embargo, hubo un momento, pequeño, donde volteé mi cabeza y la vi, me miraba con unos ojos grandes y abiertos, y una sonrisa de lado a lado, los ojos le brillaban en esa oscuridad, y su mirada logró decirme todo lo que sentía en ese momento. La besé. No supe cómo ponerlo en palabras, pero cada vez que me miraba de esa forma, sabía que me estaba diciendo cuánto me amaba. No necesitó palabras para decirme cuánto me amaba, y sin embargo, lo hizo, lo puso en  palabras. No necesitaba decirme cuánto sentía que no funcionara y sin embargo lo hizo. Yo no necesitaba contar esta pequeña historia, y sin embargo, en honor a sus zapatos, su forma de vestir, su sonrisa, la mirada que me cautivó, y sus tacones, ahora lejanos, lo hice.

Tomada en alguna calle de San Telmo

3 comentarios:

  1. Hay algo de poético en la verdad, y algo de verdadero en la poesía: Se necesita coraje para decir me gustas, te quiero, te amo... Afortunadxs lxs que aman, aún más afortunadxs los que nunca lo callan...
    SALUD POR ESOS BESOS DEL CINE!!

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  2. Excelentemente contada. Muy bien escrita, de verdad, muy bien escrita. Tanta admiración.

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  3. Los tacones también son lejanos para mí... Besos!!!

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