sábado, 12 de enero de 2013

Palabras, palabras, palabras.

"Son, eso sí, el humilde reconocimiento de cuánta verdad hay en la conocida frase, Me faltan las palabras. Efectivamente, nos faltan las palabras. Se dice que en una de las lenguas habladas por los indígenas de américa del sur, tal vez en la amazonia, existen más de veinte expresiones, unas veintisiete, creo recordar, para designar el color verde. Comparado con la pobreza de nuestro vocabulario en esta materia, parecerá que sería fácil para ellos describir los bosques en que viven, en medio de todos esos verdes minuciosos y diferenciados, apenas separados por sutiles y casi inaprensibles matices. No sabemos si alguna vez lo intentaron y si se quedaron satisfechos con el resultado. Lo que sí sabemos es que un monocromatismo cualquiera, por ejemplo, para no ir más lejos, el aparente blanco absoluto de estas montañas, tampoco decide la cuestión, quizá porque haya más de veinte matices de blanco que el ojo no puede percibir, pero cuya existencia presiente. La verdad, si queremos aceptarla con toda su crudeza, es que, simplemente, no es posible describir un paisaje con palabras. O mejor, posible sí que es, pero no merece la pena"

El Viaje del Elefante-José Saramago

Nos faltan las palabras. Y sumamos cuatro de nuevo. Vamos a necesitar veintisiete o treinta maneras diferentes de decir "me encantas", o de tratar de explicar el movimiento energético que se produce al leernos y que baja por la espalda derecho hasta las piernas. Vamos a necesitar todo un nuevo diccionario de palabras y significados si seguimos tratando de describir qué y cómo lo sentimos, o qué tan felices estamos.  Es en sí mismo un sinsentido tratar de explicar con palabras por qué las mismas no alcanzan. Me faltan las palabras (4). Este diccionario como se conoce no me alcanza.

"Si el lenguaje es otra piel/toquémonos más/con lenguajes de deseo"

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