jueves, 18 de octubre de 2012

Believe

No me acostumbro. No quiero acostumbrarme. Los gatos tampoco, y Don Luis ya me ha preguntado dos veces por ti. Me llaman las amigas, me hacen seguimiento, preguntan cómo voy, si dormí, si comí algo, si he podido trabajar. 

El tiempo pasa lento, y yo quiero que vuele. A veces logro estar tranquila, a veces la respiración no falla, a veces los pulmones se expanden y reciben agradecidos el volumen de aire que ingresa. 

Hoy no me quiero levantar. Miro estas paredes y te veo en cada espacio. Preparando un desayuno rápido y quemando las tortillas (que mal reaccioné ese día), dándole de comer a los gatos, mirando cosas en el portatil, cambiándote, la pijama en el baño lista para la ducha, al lado del closet, en la cama, arrunchada, friolenta, con tus ojos grandes apenas despegándose sin muchas ganas. Duermo en diagonal para ocupar el todo de esta pequeña cama, pero no soluciono nada.

No quiero acostumbrarme a esta vida sin ti. Me haces falta a cada momento. Podemos arreglar las cosas, podemos mejorar, believe.

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